martes, 25 de octubre de 2011

Desde que no sabíamos ni andar.

He conocido a personas de todo tipo, a personas malas y buenas, sensibles y fuertes, negativas y positivas, a personas que saben querer y otras que solo te miran de arriba abajo, personas que te odian y que te aman, personas que te cuidan y que te hacen daño, que fingen y que se desenmascaran, falsas y sinceras, felices y tristes. Podría seguir así con una lista interminable de cualidades. De personas que conozco. Se adjetivos que definen a cada persona, cada una tiene el suyo. Pero de esos miles de millones de millones de personas del mundo, a mí solo me interesa una,es esa persona que ha crecido conmigo, es una persona que es la mejor conmigo, que me dice las cosas tal y como son aunque duelan. Que a veces es lo más borde del mundo, de esas que pagan con el resto del mundo sus enfados; es sensible cuando me ayuda y fuerte cuando me defiende; negativa cuando lo necesito y positiva cuando lo veo todo gris... aunque cuando se trata de ella, siempre es negativa; Ella sabe quererme y con tan solo mirarme sabe si estoy bien o mal; me abraza cuando más lo necesito. De esos abrazos siempre acompañados con un pellizco. Tiene días felices y días tristes, llora por la más mínima cosa. También podría seguir así con otra lista interminable de cualidades, porque ella no es una persona a la que solo se la define con un adjetivo, se la define con cientos de ellos. Porque es lo mejor que he conocido, porque ella es la persona a la que más quiero, porque por ella haría cualquier cosa si se lo propone, porque ella sabe cómo hacerme sonreír siempre, siempre, siempre que lo necesito… y nunca falla.





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