lunes, 15 de octubre de 2012


Parece que hoy en día la verdadera amistad es un juego. Siempre he dicho que la sociedad da asco, y es por culpa de cosas como esta. Gente que se promete una vida eterna e infinita con su mejor amiga, rara vez amigo, a la que conoció ayer. Hablan solo de cosas sin importancia para que no se les acabe el tema de conversación en dos minutos. Se escriben tablones y estados cursis; se inventan iniciales siglas y acrónimos para definirse. Se llaman por teléfono y se pasan horas cotilleando, no precisamente sobre temas que las incumben. A eso es a lo que hoy día llaman amistad. Si eso es realmente la amistad, soy la peor amiga de el mundo. Creo que a tus amigos de verdad no hace falta que les digas lo mucho que les quieres, ni que les escribas cosas sin sentido. Yo soy partidaria de escribir, eso está claro, pero no un tablón para que lo vea todo el mundo, tan solo diciendo lo maravillosa que eres y que siempre estas ahí cuando se te necesita. Amistades fugaces. Sí, esa persona por la que tanto escribiste, sin sentido, sin sentirlo, deja de ser esa amiga tan genial en uno o dos meses. Me río en la cara de todas esas zorras que hacen amistades para escalar puestos, esas que nunca sabrán lo que es la verdadera amistad.
Que no saben lo que se pierden. 



viernes, 12 de octubre de 2012

Soñé que despertaba.

Piensas que el universo se ha parado. Que ya nada bueno te puede ocurrir. Que todo te va a salir mal y de repente miras a tu alrededor y ves que hay un lugar nuevo donde todo puede ocurrir y hacerse real, un lugar que mires donde mires todo es bello y piensas que tu vida ha cambiado y que puede que las cosas te vayan a salir bien. Pero un rato más tarde despiertas y te das cuenta de que lo único que había pasado había sido que habías tenido un hermoso sueño en el que soñabas que despertabas de esa pesadilla que te artomentaba cada noche, una y otra vez. Necesitas que todo cambie y crees que lo único que puedes hacer para que el mundo cambie es cambiar tú.


miércoles, 10 de octubre de 2012


                                                               
Vamos a pensar un principio. Lo sigo oyendo incluso tapándome los oídos  La historia sigue en blanco pero pronto será de otro color. Mi único objetivo: volar a tu lado, pero con una compañía barata. Últimamente mis bolsillos tienen más agujeros que el queso de gruyer. Y mira que yo de quesos sé mucho, tanto como de sepsu, de películas de amor, o de la soledad. El caso es que por mucho que sepamos, que nos comamos más roscos que los de pasapalabra, o nos bañemos en un mar de dudas, los ratones más exquisitos siguen comiendo gruyer. Y ese queso debería estar prohibido. Como cuando dejas tu firma en la mesa de tu clase de filosofía cada día, la borran y tu la vuelves a escribir. Terminarán por quitarte la mesa, y lo siguiente será quitarte la firma, como cuando te roban el sitio, tu bolígrafo del estuche, tu nuevo móvil un sábado noche o mismo el corazón. Que se te queda esa cara de estúpido solo comparable a cuando te das cuenta de que los Reyes Magos son los padres, suspendes tu asignatura favorita o cuando te caga una gaviota por la calle.



Porque no todos tenemos un iphone, una casa en Cadaqués, un millón de euros en el banco, un diez en todas las asignaturas o el pelo rubio. Pero todos sabemos poner cara de estúpido.